-El calentamiento de las aguas oceánicas, por encima de los 4 °C, se traduce rápidamente en una intensificación de la evaporación, con lo cual disminuye tanto el volumen de las aguas marinas como su densidad por dicho aumento de volumen. Pero el paso del agua oceánica a la atmósfera siempre se compensa a mediano o largo plazo, con la condensación y precipitación de esas aguas atmosféricas como nos lo enseña el continuo ciclo hidrológico en la naturaleza. Así pues, ni el calentamiento ni el enfriamiento de las aguas oceánicas, ni el calentamiento y enfriamiento de la atmósfera son procesos irreversibles o permanentes a largo plazo ya que, si fuera de otra manera, no existiría ese ciclo del agua en la naturaleza.
-Algo parecido se puede ver en el proceso cíclico de avance y retroceso de los grandes glaciares: a un hundimiento de estos glaciares en el centro sucede una expansión hacia la periferia, con lo que el volumen de hielo va disminuyendo en esa periferia. Pero el descenso en la parte central (Groenlandia y la Antártida) da pie a una nueva acumulación de hielo (por escarcha y no por nieve) que irá haciendo aumentar el espesor del hielo.
-En muchas islas o archipiélagos del Índico, Pacífico y del Atlántico el nivel del mar está aumentando considerablemente hasta el punto de que llegarán a desaparecer en un futuro más bien cercano. Pero ello no se debe al aumento del nivel del océano a escala global, sino al hecho de que se trata de atolones que se hunden en el océano al ir colapsando poco a poco el antiguo edificio de origen volcánico sobre el cual se fueron construyendo las islas coralinas actuales.
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